El 1 de septiembre de 1962 resultó ser un día clave para la historia de la exploración espacial. En un remoto lugar del desierto de Nevada se iba a efectuar una prueba con un reactor nuclear de fisión. Aparentemente se trataba de un ensayo rutinario, pero éste no era un reactor convencional. El dispositivo, denominado Kiwi B1B, era un prototipo demotor nuclear. Había sido diseñado con el fin de probar las tecnologías necesarias para construir naves espaciales capaces de llevar seres humanos hasta la Luna o Marte.
La prueba comenzó como estaba previsto. El reactor fue activado y el hidrógeno líquido -que hacía las funciones de propelente y refrigerante al mismo tiempo- comenzó a fluir a través del núcleo. Al entrar en contacto con las barras de combustible a 2000º C, el hidrógeno se calentó súbitamente. El gas resultante sería expulsado por una tobera situada en la parte superior del dispositivo.
Reactor Kiwi (Kiwi A') (NASA).
Prueba de un motor nuclear térmico durante el programa NERVA (NASA).
Sin embargo, apenas un minuto después de alcanzar su potencia máxima, las barras de combustible del reactor empezaron a fracturarse. Pedazos de material fisible -dióxido de uranio- e isótopos radiactivos generados durante la fisión fueron expulsados a la atmósfera a través de la tobera. La prueba se canceló inmediatamente.
Ninguno de los allí presentes podía sospechar entonces que el incidente del reactor Kiwi B1B terminaría por marcar un punto de inflexión en la popularidad de este sistema de propulsión. Por aquella época, los motores nucleares térmicos prometían hacer realidad un viaje tripulado a Marte a principios de los años 80. Medio siglo después, seguimos atrapados en la órbita baja. La historia del motor nuclear es la historia de los sueños frustrados de la exploración espacial.
Diseño de nave soviética con propulsión nuclear para un viaje a Marte (RKK Energía).
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